La cocina británica siempre ha sufrido de mala prensa. La sencilla comida homepun y la preparación simple de la mayoría de los alimentos tradicionales británicos palidece en comparación con la alta cocina francesa, y no es raro que los críticos de la comida suenen casi apologetic al escribir sobre platos tradicionales británicos como si hubiera algo vergonzoso en disfrutar de una buena, gruesa articulación de la carne de res con un acompañamiento de pudín de Yorkshire. Si hablan en términos brillantes de cualquier cosa en absoluto, es un guiño al nombre inteligente de la comida británica, donde platos como burbuja y chirrido y polla manchada aparecen en los menús de los restaurantes.
Y sin embargo, para todas las referencias bursátidas y apologéticas, la cocina británica en su mejor momento es una comida abundante, deliciosa y sencilla en la que alimentar a la nación que influyó en todo el mundo. No hay otra nación en el mundo que haga un asado de carne de res a tal perfección, ni mejor acompañamiento a la carne suculenta que un pudín de Yorkshire hinchado, caliente preparado en sus goteos, y pocas cocinas tienen un postre que se puede comparar con el puro cielo que es una zorra bien hecha o tréacle.
La cocina británica es una mezcla de lo práctico con lo nutritivo. Si es, como algunos dicen, poco imaginativo, eso puede ser porque la comida en sí necesita poca imaginación para imaginarlo y hacerlo agradable. Ciertamente no es porque la mente británica carece de imaginación cuando se trata de alimentos los nombres comunes para las comidas diarias a veces requieren un traductor sólo para que usted sepa lo que hay en su plato. Un paseo por un menú para llevar en el restaurante ofrece platos como guisantes, carne y tarta de riñón, pescado y patatas fritas y bangers y puré.
Hay platos británicos conocidos para comer en cada comida. Algunos de los más populares incluyen:
Desayuno:
Por las mañanas se sirve un desayuno inglés completo que incluye carne, huevos, tortitas o tostadas y guarniciones como hachís, bangers y puré. Su platos abundantes, el tipo que se puso en la mesa para la cena en la mayoría de las otras culturas. A menudo incluye sobras de la cena de anoche, cortadas en cubos y fritas junto con condimentos y mantequilla, a veces llamadas hachís campestres.
Té:
La tradición del té de media tarde es una que ha sido observada por los británicos durante siglos. Entre los platos más comunes servidos a media tarde se encuentran los alimentos para los dedos como los crumpets con mermelada y crema coagulada, sándwiches de berros de agua delicados y bollos con pasas o frutos secos.
Cena dominical:
La cena dominical tiene una larga tradición como una ocasión familiar la única comida de la semana en la que se reunieron todos los miembros de la familia. Un porro asado de carne de res, cordero, cerdo o pollo es casi un requisito, y se sirve con una patata y verduras, y muy a menudo acompañado de pudín de Yorkshire.
Los budines y las natillas destacan en la cocina británica. Los budines horneados, hervidos o al vapor, generalmente se hacen con suet y empanado, y se studdeed con frutos secos y frutos secos. Uno de los postres británicos más populares y deliciosos es el poco, y hay casi tantas variaciones como cocineros. La base es un bizcocho, a menudo sobrante de otra comida. Remojado en Madeira o puerto, se coloca en capas en un plato con natillas, mermelada, frutas y gelatina y cubierto con crema batida. El resultado final es una deliciosa mlange que cuenta con todo lo bueno de la cocina británica, cocina sencilla y práctica que está destinada a llenar el vientre y satisfacer las papilas gustativas.
